Microhistorias de Tacuba”

 

de Manuel López de la Parra

 

Profesor de la Facultad de Economía de la UNAM

 

 

Existe para los que nos interesa la Historia de nuestros Barrios, un Libro de la  de la autoría de Manuel López de la Parra.

 

Cuando este libro fué presentado, uno de los más destacados comentaristas lo fue el Lic. Alejandro Encinas Rodríguez, distinguido catedrático de dicha facultad, y además ex jefe de Gobierno del Distrito Federal. Su intervención consistió en una crítica profunda que obliga a la reflexión acerca de la importancia que conlleva la vida urbana en las diferentes barriadas que integran la ciudad de México, en donde flota en un primer plano La necesidad de convivir en un ambiente de solidaridad, simple y sencillamente porque la vida en los barrios citadinos constituye el punto de partida, la base para la consolidación de la sociedad en general, y muy en especial, de lo que se llama actualmente la sociedad civil.

 

Además, por su importancia intrínseca, la vida de la barriada viene a ser, junto con la familia misma, el núcleo fundamental de nuestra sociedad, y a su vez, la sociedad así integrada, es la base de la patria. Por ello, dada la importancia misma de la intervención, a continuación se incluye el texto íntegro de dicho comentario.

 

 

Más allá de la recreación de los lugares, las historias y anécdotas, por recuperar la historia y la tradición oral de Tacuba y su gente, lo cual es ya un mérito-to del libro; lo más importante es la reivindicación del barrio, como una expresión de la cultura urbana y punto de identidad popular. El barrio “sigue siendo el núcleo fundamental que forma la sociedad, en donde está el pueblo, donde está la familia, donde están “los cuates”, “nuestros ñeros”, “nuestros carnales”, “la flota”…, (las) “chicas guapas que distinguen la cuadra”.Y desde ahí, el barrio comienza a tomar forma en los bares y piqueras donde acuden los “gandallas”;en las viejas casonas porfirianas al lado de las vecindades populares; los talleres y pequeñas factorías; los mercados, peluquerías y baños públicos tradicionales; las nuevas edificaciones, los parques y callejones que identifican a esta histórica región de la ciudad.

 

El barrio adopta nombre, apellido y apodos. A veces con nostalgia, otras, las más, con orgullo. Cobran vida en el recuerdo los personajes que han construido la historia de Tacuba y de la ciudad: desde el Tigre de Santa Julia, uno de los Robin Hood mexicanos, cuya carrera fue truncada por una explicable distracción, hasta el orgullo de ser de la Pénsil, de donde han salido los mejores rateros de México, los “pungas”  que desalojan su madriguera para trabajar por la ciudad.

 

En las páginas también encontramos el “bravis”, terror la barriada de Lago Naur, por los rumbos de la pulquería “Los siete compadres”. Cuyo funeral fue el más concurrido por la vecindad como diciendo “era un gandalla, pero era nuestro gandalla”.

 

Y en los límites de Tacuba y Azcapotzalco (tierra de Chintolo-los), en Mar del Norte número 20, un joven estudiante de ciencias químicas pasaría a formar parte delas crónicas urbanas, Gregorio Cárdenas Hernández, primer asesino serial reconocido en la ciudad de México, quien en un pequeño jardín de esa casa sepultó a cuatro mujeres, donde hoy se encuentra un altar a la Virgen de Guadalupe.

 

 

Microhistorias de Tacuba, logra su objetivo: rescatar la memoria histórica de uno de los sitios que con-forman la ciudad de México, como lo es Tacuba, sus muchas colonias y barrios. Nos deja en la memoria un grato sabor de boca, de la vieja calzada de Tlacopan, vértice del trazo dela ciudad prehispánica, de sus barrios Popotla, la Perulera, la Pénsil, el callejón de Cañitas y sus lugares, el Panteón Francés, la ruinas del Jardín Pénsil y de la casa de los Ruel, la Casa de Moneda, la fábrica de billetes del Banco de México, las calzadas México Tauba, Carrillo Puerto y Legaria, donde transitan “riadas” de soldados verde olivo.

Su lectura, contribuye a fortalecer nuestro sentimiento de identidad y pertenencia con nuestra ciudad, nuestro barrio, con la cuadra, y con ello fomentar el orgullo de ser parte de esta ciudad y de esta sociedad que ocupa uno de los conglomerados urbanos más grandes del mundo.

 

Fuente: 

Libro Microhistorias de Tacuba.

Manuel López de la Parra, editado por la Universidad Obrera de México Vicente Lombardo Toledano.

Imagenes con Derechos Reservados, propiedad de su autores.